Este enfoque global del recurso permite actuar sobre las distintas huellas
de la instalación vinculadas a su actividad industrial.
La huella hídrica
Los dispositivos implementados reducen el consumo de agua sin afectar al rendimiento industrial.
La huella medioambiental
Impulsando soluciones más adecuadas para el ecosistema: de origen biológico, sin petroquímicos, menos agresivas, etc.
La huella energética
El tratamiento del agua optimiza la circulación del recurso y los intercambios de calor, y por lo tanto reduce el consumo energético.
La huella de carbono
Reduciendo los recursos aportados para el correcto funcionamiento de la red, durante la fabricación de los principios activos, en el momento de su implementación en la instalación, y a lo largo de todo el periodo de apoyo de Odyssée.
Reducir sus consumos y el importe de sus facturas
El sarro, la corrosión y las cargas bacteriológicas son retos de resultados industriales pero también financieros. Los problemas vinculados al agua industrial tienen un coste.
- 1 mm de sarro en una red de agua supone un 7,5 % más de energía consumida y 12 mm de sarro equivalen a un 70 % más de energía consumida.
- La incrustación de las redes industriales cuesta 27.000 millones de dólares anuales a la economía mundial (acumulación de la mala conductividad térmica de las superficies con sarro y del coste de los tratamientos de desincrutación).
- En todo el mundo desaparecen 5 toneladas de metal por segundo debido a la corrosión.
- Un problema bacteriológico en una red de agua puede provocar que haya que cerrar toda una instalación, lo que conlleva unos costes considerables e irrecuperables.
- Una red de calefacción urbana obstruida no puede cumplir su función.
